Apagué el televisor y abrí un poco más la ventana del comedor para poder sentir el aire fresco y otoñal, mezclado con el ruido de la ciudad por la noche... Me acosté en mi sillón y tus recuerdos invadieron mi mente una vez más...
Abracé la almohada, giré hacia la izquierda y sentí el viento que llegaba hacia mi mejilla, pero seguía pensando en vos, en como te había conocido y en como Dios hace las cosas de una manera tan increíble.Mis ojos quieren verte, y mi boca quiere hablarte... Mis sueños te sueñan y mi mente no deja de pensarte... (El camino a casa es más lindo si vos estas cerca, sabés?)
Giré hacia la derecha, dejando de lado la almohada y caí en la cuenta que sonrio con tan solo pensarte...
(La pucha, no se que me anda pasando...)